“Hay algo peor que la angustia de la página en blanco. Algo peor que no tener ninguna historia que contar: es haber oído demasiadas, y no poder olvidarlas.”
FABIAN POLOSECKI (1964-1996)

jueves, 25 de septiembre de 2008

CON LOS DUBLINESES NO SE JODE, CON EL TIEMPO TAMPOCO


Siempre pensé que solo perdían aviones los boludos, los despistados, los "colgados". O todo eso junto. Hay dos opciones: o acabo de ingresar en la categoría de boludo-despistado-colgado ó simplemente cualquier mortal puede llegar tarde al aeropuerto, perder su vuelo, pagar la multa correspondiente y esperar con la bronca contenida en las mandíbulas que salga el próximo.

YOUR FLIGHT IS CLOSE. SORRY. TOO LATE, TOO LATE. THE SYSTEM CLOSE 5 MINUTES AGO. YOU CANT DO THE CHECK IN. SORRY.

Con esas palabras, Kristine, una rubia que parecía peinada con una escuadra, nos advirtió que el próximo vuelo de Ryanair salía dentro de exactamente 24 horas. Y había que pagar una multa por haber perdido el vuelo. Había otro en Air Lingus que se iba a 250. "Paso", le dije en un inglés comechingonizado. "I will buy de ticket for tomorrow". Mi cara cambió de un color rosado a un blanco, tipo paquete de harina 0000.

Perdí el avión, perdí mi primer día de clases, perdí plata, perdí tiempo. "Ah, pero que experiencia inolvidable... perder un avión, eso no se paga con nada, son cosas que hay que vivir". Espero que a nadie se le ocurra pensar semejante disparate.

Ustedes se preguntarán el porqué de esta llegada tarde. Muy sencillo. Si uno va a Dublín tiene que reparar en que la gente toma cerveza a toda hora, en todo lugar, y de ser necesario, corta las calles, hace colapsar el tránsito y no repara en toda aquella persona que no esté haciendo lo mismo que él, es decir: tomando cerveza y gritando. Sumado a esto, había aquel domingo de septiembre una final de football, según pude ver en los diarios y por el fervor de la gente, era muy importante. No era nuestro fútbol, era una mezcla de fútbol americano y rugby.

Toda esa marea humana, teñida de verde y rojo iba a la cancha, cerveza en mano y bandera en alto. Las calles casi cortadas por esa masa uniforme y exaltada hacían temblar a un Dublín soleado y que ya a esa hora del mediodía, olía a espuma de cerveza.

El bendito aircoach, un colectivo azul que pasa cada media hora, tardó en llegar al aeropuerto 1 hora y diez, cuando en días normales le pone 40 minutos con viento en contra y "vasos de cerveza per cápita" a favor.

Ese margen de media horita nos jugó en contra. Ahora que ya se me pasó la bronca, brindo por los borrachos de Dublín, por aquel partido de fútbol, y por ese vuelo 1734 que se fue sin mí.

Salud dublineses y la p.... m.... que... arió.

miércoles, 24 de septiembre de 2008

VADEMÉCUM A LA ESPAÑOLA (SI USTED NO QUIERE SENTIRSE UN SUDACA INVASOR, APLÍQUELOS)


1- DARÁS DOS BESOS, UNO EN CADA MEJILLA SI SE ESTA SALUDANDO A UNA DAMA Y ESTRECHARÁS LA MANO SI SE TRATA DE UN CABALLERO.
2- TRATARÁS A TUS PARES DE TU Y NO DE VOS.
3- DIRÁS ORDENADOR Y NO COMPUTADORA.
4- DIRÁS MELOCOTÓN O NECTARINA Y NO DURAZNO.
5- DIRÁS: “VAMOS A BEBER ALGO”, NO “A TOMAR”.
6- DIRÁS ZUMO Y NO JUGO.
7- DIRÁS BOLLO Y NO MEDIALUNA.
8- DIRÁS MADRIS, VERDAS Y PROSPERIDAS Y NO MADRID, VERDAD Y PROSPERIDAD. EN CATALUNYA CAMBIARÁS LA “D” POR UNA “T”. ASÍ HABLARÁS DE MADRIT, VERDAT Y PROSPERIDAT.
9- PEDIRÁS UNA CAÑA Y NO UN PORRÓN.
10- TE REFERIRÁS A “LA MADRE QUE TE PARIO” Y NO A "LA CONCHA DE TU HERMANA".
11- NO TOMARÁS EL SUBTE, IRÁS EN METRO.
12- NO VIAJARÁS EN COLECTIVO, MICRO, OMNIBUS O BONDI, TE SUBIRÁS EN UN AUTOBUS.
13- SERÁS UN CHABAL COJONUDO Y NO UN CHABÓN COPADO.
14- DIRÁS QUE LA MAJA ESTÁ GUAPA Y NO QUE LA MINA ESTÁ BUENA.
15- NO DIRÁS “TIENE LA ZURD SOLOA PARA SUBIRSE AL BONDI” SINO “TIENE MENOS IZQUIERDA QUE RAJOY”.
16- CAMBIARÁS EL “CHE, BOLUDO” Y/0 “CHE CULIADO” POR UN “OYE, TIO”.
17- DIRÁS QUE “NO TIENES UN DURO” Y NUNCA MÁS LA TÍPICA “NO TENGO UN MANGO”.
18- COGERÁS SOLO COSAS… NO PERSONAS.
19- DEJARÁS DE SER UN PELOTUDO PARA CONVERTIRTE EN UN CABRÓN DE PUTA MADRE.
20- HABLARÁS POR MOVIL Y NO POR CELULAR.
21- NO MULTIPLICARÁS POR 4.50, PAGARÁS EN EUROS, APRETARÁS LOS DIENTES Y RESPIRARÁS HONDO.

jueves, 18 de septiembre de 2008

EL PÁJARO QUE BOICOTEÓ SU PROPIO SUEÑO


El día posterior a la noche que soñé que había muerto, mis sábanas estaban en el piso y la almohada echa un bollo junto a la mesa de luz. Las persianas estaban levantadas y las cortinas corridas. Siempre me gustó dormir con la luna alumbrando la punta de mi cama, y al otro día, que el sol bofetee al balcón que frota sus manos para no desaparecer del frío. Nunca, ni en los días más crudos del invierno, bajé la persiana. Desde “Loco” hasta “anormal” me han dicho de todo por el mero hecho de no querer darle rienda suelta a una persiana de rollo.¿Sabrán esos “juzgadores de turno” que el sistema de polea de mi ventana hace como cuatro veranos que no funciona?
Justo ahora que sólo me rodea el cemento, vengo a soñar con la inmensidad de la naturaleza. El sueño fue largo y confuso, pero tenía momentos de una claridad asombrosa. Soñé con un jardín verde giratorio, lleno de canteros sin flores y con fuentes sin agua. Había un árbol muy alto, con hojas verdes sólo en lo alto de su copa, que arrojaba una sombra que cobijaba a un cuerpo delgado que yacía junto a las raíces. Soñaba que estaba soñando en esa tarde calurosa para todos, pero fresca para mí. Esos metros de tierra negra condimentadas de gramilla amarillenta eran como una jarra de limonada taponada de hielos que, parada sobre mis hombros, aliviaban el sofocón.
Era una siesta que pintaba larga. Todo hacía pensar que aquella permanencia horizontal era algo así como el sueño más largo que una persona puede tener mientras respire, tome café y vaya a la cancha los domingos. Es decir, una tarde crepuscular con pretensiones de inmortalidad para un tipo demasiado normal, demasiado mortal.
Si hubo algún pájaro que se posó en mi hombro mientras soñaba que dormía, no me acuerdo. Es que estaba durmiendo, ¿ Cómo pretendo acordarme?
Sucede que soñaba que un pájaro me silbaba al oído. Nunca lo vi, sólo lo imaginé. Tenía la cara de un ruiseñor, a lo mejor era un mísero gorrión, pero cantaba tan entonado que mi inconsciente compró la idea del ruiseñor con voz grave. Fue puro marketing. Sus alas tenían forma de piano y las patas eran las verdaderas piernas de algún tipo de cara extraña, con anteojos negros y manos con anillos dorados, que tocaba con envidiable concentración. Cantó poco. O se olvidó la letra o se tenía que ir a otro recital. La cuestión es que a los pocos minutos se fue en raudo vuelo y dejó el eco de su voz mientras tomaba altura. Se alejó tan rápido que ni siquiera se despidió del público. Sospecho que no le interesó. Ahí mismo sonó el maldito despertador. 8.25. ¿Habrá tenido aquel hombre desgarbado que intentaba dormir su siesta eterna a alguien que le palmee el hombro por si se quedaba dormido? No imagino despertadores en aquel árbol de la sombra onírica. A menos que el mismo pájaro que decidió volarse de mi hombro se de una vuelta por el pasto frío donde la limonada ya se evaporó y ahogó a más de una hormiga. El zigzagueo permanente de las alas que juegan a las escondidas con el viento hará oír una música que invitará a poner rec al primero que despierte. El cantante con cara de ruiseñor o el gorrión con voz de barítono lograrán lo que él nunca se imaginó. Que podría despertar de aquel sueño eterno.
El balcón ya terminó de bostezar y tiene los pies iluminados. La persiana que nunca se bajó deja ver el picotear incesante de un ave rara, que no es ni una paloma, ni un canario, ni un gorrión. Lo más seguro es que se trate del mismísimo cantor que por las noches se pone el frac y se sienta al piano, y de día picotea migas y deambula de balcón en balcón.

miércoles, 17 de septiembre de 2008

AL FIN,TECHO

Ya está. Hace tres días que duermo en lo que será mi cama por los próximos meses. Luego de pasar las primeras noches sin sábanas y sólo tapado con una frazada que hacía las veces de funda del sillón del living, ayer decidí comprarme las sábanas y un edredón. Fue una noche placentera. Es preferible destaparse de noche, a no poder hacerlo por carencia de cobijas.

Mi pieza está bien. Tiene un escritorio, un velador, dos sillas, una cama de 1.80 x 1.05, un armario, doble vidrio en la ventana, una cortina que se corre cuando la soga tiene ganas de funcionar y una persiana que permanece subida. Tengo un balconcito pero aún no lo conozco. Hay encima de él un andamio lleno de bolsas de cemento, palas y baldes donde albañiles tempraneros refaccionan la fachada del edificio. A eso de las nueve empiezan a darle duro al reboque fino y es como si alguien me rascara los pies con una espátula fina.

La convivencia viene bien. Los espacios de uso común son el baño (que no tiene bidé y la ducha pierde más que Belgrano jugando de local), la cocina y el living. No tenemos cable, se ven unos 10 canales y por ahora hacer zapping no es una actividad que demande mucho tiempo. Aún esperamos por internet, vieja promesa proselitista del dueño del piso. "Eso se coje al rato" nos dijo. Habrá que ver cual es su idea del paso del tiempo.

Es un primer piso. Primero J. En una avenida. Tengo tres llaves. Falta la del buzón de la entrada. También Don Efrén nos la prometió en la primera cita. Además de buscar las boletas de la luz, el agua, el gas y la comunidad, espero alguna carta de alguien. Que no sea para pagar nada. Sólo para verla a contraluz, romper de la punta con los dedos y sentir que aún hay vida epistolar. Que el mail no mató a la carta. Que la vagancia no terminó con la creatividad del hombre.

lunes, 15 de septiembre de 2008

ESCRIBO MIENTRAS LA GENTE LEE

Escribo desde la Biblioteca Pública de la Universidad. Lamento no tener cámara de fotos todavía, porque este edificio es imponente. Al lado mío hay tres personas, todas leyendo, concentradas. Más allá, una rubia de cachetes colorados subraya sin parar con marcador violeta unas fotocopias con espirales.
Tengo frente a mí un ventanal enorme que da a un patio interno de piedra que debe tener facil unos 500 años. Hay en el centro un aljibe. Alrededor bancos, y hasta pupitres acondicionados para quien se quiera sentar a leer al sol.
El sistema wifi (que acá le dicen ui fi y no uai fai, como nosotros) anda perfecto. Ahora me estoy yendo porque me estoy quedando sin batería y no traje el cargador. Antes me voy a dar una vuelta por la planta alta de este edificio, donde hay un cartel tentador que dice: "Si el libro que usted busca no lo encuentra aquí, puede demandarnos por ignorantes." Me arriesgo a que hay muy pocas chances de que en este refugio que huele a papel no esté el libro que uno busca. Buscaré uno complicado, no estaría mal demandar judicialmente a esta gente por ignorante, ¿no? Seria algo más que un inaceptable acto de soberbia. ¿Argentino, yo?
Joder, que va...

viernes, 12 de septiembre de 2008

EL QUE BUSCA... ¿ENCUENTRA? NO, SUFRE

A la distancia, y con el concepto "Voy a buscar alojamiento allá" en abstracto, uno se imagina que puede ser una aventura interesante y enriquecedora. Pero déjenme que les diga la pura verdad. No es ni lo uno ni lo otro. Es, sencillamente, extenuante.
Hace dos días que recorro esta hermosa ciudad de punta a punta, el mapa está marcado con distintos colores, tiene circulos, signos de pregunta, de admiración, anotaciones al margen.
Vi en total 9 pisos que rentan habitaciones. Hay pocilgas, cuevas, trincheras, taperas, sitios modestos, piezas más "habitables", otras; las más caras, claro, dan ganas de ocuparlas ya.
Los dueños de los pisos te examinan, preguntan la nacionalidad, te saltan a la yugular con la pregunta "¿Y tú a qué vienes, cuál es tu rollo, sois responsable o bullicioso? y no les hace ninguna gracia que quieras un contrato por 6 meses. La mayoría busca la estabilidad que da una estadía por un año. Hay que negociar y ser simpático, esa es la fórmula.
La cuestión es que dejé mi pensión, desayuné por última vez hoy a la mañana. Al lado mio había una pareja alemana (él parecia Blumberg y ella en verdad no se parecía a nadie, sólo a ella) y una francesa simpática llamada Juliette. En ella me detuve. Comía como un prisionero sacado de un comedor de la segunda guerra mundial. Hundía sus manos en la taza y se avalanzaba con énfasis sobre el café con leche. A las tostadas las comía en dos cuotas. Siempre abriendo grande la boca y masticando con ruidos acordes a lo que sus dientes trituraban.
Yo sólo miraba. Después de terminar mi café y mis dos croissant dije un respetuoso Good Bye, y me fui.
Ahora hago tiempo en un cyber, tengo mis bolsos en la pensión hasta que Enfer, el dueño del piso que prometió que firmaríamos el contrato hoy a la tarde, nos abra la puerta del 1 "J" de la avenida Villamayor.
Por ahorá viviré con una francesa, una costaricense y una brasilera. Un especie de Mercosur ampliado y con convenios bilaterales con la UE. Eso espero.
De lo contrario seguiré cabeceando en los amigables bancos de las plazas. Ah, ahora me voy a comprar sábanas y una almohada. A donde quiera que me toque dormir esta noche, ninguno de los dos accesorios me vendrán mal.



miércoles, 10 de septiembre de 2008

EN BUSCA DEL TECHO PERDIDO

Ahora les escribo desde Salamanca. Finalmente llegué a donde me quedaré los próximos seis meses. Estoy hospedado en una pensión humilde, pero gauchita, diría mi abuela. Tengo habitación propia pero comparto el baño y la ducha con unas seis personas más que aún no conozco. Por la noche se escuchan portazos y gritos.
Anoche di dos vueltas de llave, prendí la tele y me dormí con el aparato encendido en un canal en donde una vidente hablaba por teléfono con la audiencia. A Mercedes, que andaba preocupada por su hijo que se droga a escondidas, le aconsejó que visite a un médico de urgencia y hasta se animó a decirle que se internen los dos juntos. Es la versión española, y en mujer, de Baby Etchecopar. Maruja no les corta el teléfono pero si larga aforismos universales y parece tener la brujula del mundo en la palma de su mano.
Apagué el televisor, abrí la puerta. Ya no había gritos y me mandé al baño como un montonero pasado a la clandestidad. Me duché con agua caliente como una termita, le pegué un codazo al pico y me sequé con una toalla bastante humeda. Era verde y olía a algas. Me fui a dormir, y amanecí hoy a las 8.30. Me desperté de un tirón. No tenía idea donde estaba. Tuve un ataque de incertidumbre. Una catarata de lugares se fueron figurando en mi cabeza, en este orden: Hostel de atenas, casa de Almafuerte, departamento Buenos Aires, departamento del turco en Buenos Aires, plaza en barcelona...
Vi un calzoncillo colgado de una percha y un par de medias abolladas en un rincón, un bolso abierto. La mochila del baño goteaba. Supe, recién ahí, que estaba en Salamanca. Y es ahora cuando ya sé donde estoy y para qué estoy acá. En breve saldré en busca de un piso a compartir con otros estudiantes igual de atormentados que yo.
Iré en busca de un techo. Espero una vez instalado allí, poder reconocerlo cada mañana al levantarme.

martes, 9 de septiembre de 2008

DESHIDRATADO, CON PROMINENTE BARBA Y OJOS CANSADOS HALLAN CON VIDA A JOVEN TROTAMUNDO


Así podría haber titualdo cualquier periódico local el estado de quien escribe estas lineas. Que sí, que estoy vivo. Zafé de una averiguación de antecedentes, de una intoxicación por paella en mal estado, de una china atrincherada en un hostel, de ampollas diversas, de caminatas con dos números más de calzado, de griegos que no se les entiende un "fulbo", y tantas etcéteras como letras lleva el título de este post.
Luego de 14 días en donde (me) pasó de todo, mi cabeza es un hervidero de ideas, imágenes y anécdotas que necesito poner en remojo. Iré contando de a poco, a medida que este cuerpo comience a dormir horizontalmente y no en trenes o aviones.
Ahora mismo estoy por tomarme el tren hacia Salamanca, voy en busca de un piso a compartir y de la inscripción a la facultad. Llevo una mochila, una valija chica, una más grande y la notebook. Recién ahora debería comenzar mi viaje, pero siento que ya voy por la mitad.
Que se me va el tren, joder! Hasta dentro de un rato.

viernes, 5 de septiembre de 2008

SE LO BUSCA VIVO O MUERTO (aún nadie ofreció recompensa)

Se trata del autor de este blog. Según testigos anónimos se lo vio con vida por última vez el martes 26 de agosto del corriente cuando tomaba un avión rumbo a Madrid.
Su paradero es incierto.
Las novedades del rastrillaje se irán publicando aquí. Si la recompensa es abonada en euros, se agradece.