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Hoy, es día de reflexión. Seré breve. Se sabe lo que pienso de este
día. Hoy, prefiero no escribir, tampoco prenderé la televisión para evitar ver el desfile mediático de oportunistas de turno que se llenarán la boca hablando de derechos humanos, cuando en las épocas de plomo y sangre huyeron despavoridos a la patagonia lejana a hacer dinero. Acá no hubo heroes, no nos comamos ese discurso. Hubo 30.000 víctimas; hubo un agresor: el estado argentino que se creía derecho y humano. Sólo debemos pedir como sociedad una consigna: Verdad y memoria, y ni un paso atrás en el afán de hacer justicia para esclarecer los crímenes de lesa humanidad. No está de más repetirlo, nunca, pero NUNCA MÁS.
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