“Hay algo peor que la angustia de la página en blanco. Algo peor que no tener ninguna historia que contar: es haber oído demasiadas, y no poder olvidarlas.”
FABIAN POLOSECKI (1964-1996)

sábado, 16 de agosto de 2008

BOMBA DE TIEMPO


Hace 13 años, exactamente el 3 de noviembre de 1995, una seguidilla de explosiones hicieron que la señorita Charo despegara sus pies del suelo unos 5 centímetros, inmediatamente después que la onda expansiva rompiera el vidrio de nuestra aula en cientos de pedazos.

Tenía 9 años, estaba en cuarto grado y nunca había visto algo así. Las detonaciones, incesantes, se escuchaban con claridad a pesar de los 15 kilómetros que separaban a Almafuerte de Río Tercero. El piso temblaba y algunos pensaron en un terremto.

En 10 minutos evacuaron el colegio y nos mandaron a todos a formar una ronda gigante, tomados de la mano, en el patio de baldosa, donde izábamos la bandera todas las mañanas.

Luego de que cada grado interrumpiera sus clases, salimos afuera y vimos un gigantesco hongo de humo que crecía en el aire. "Es la fábrica, es la fábrica, explotó la fábrica". Se escuchaban gritos y llantos. Hasta sirenas de ambulancias. Muchos de los padres de mis compañeros trabajaban en Rio Tercero. El tiempo pasaba y todo se ponía más espeso. Las informaciones eran confusas. A eso de las diez de la mañana empezaron a llegar los padres para retirar a sus hijos. Mi vieja cerró la casa con llave y nos cargó a los tres en el auto. Nos fuimos a Córdoba por el lado de las sierras, esquivando el epicentro de la catástrofe; con una radio portátil encendida a todo volúmen porque el Fiat Vivacce modelo 93 no traía estéreo.

Una vez instalados en Córdoba, y asegurados que nuestros familiares y conocidos estaban bien, prendimos la televisión y las imágenes que devolvía el Telefunken de mi Tía Norma parecían sacadas de una guerra. Escombros, esquirlas, humo, fuego, casas y autos destrozados, gente corriendo desesperada pidiendo ayuda.
Luego hubo una conferencia de prensa del entonces Gobernador Ramón Mestre y del Presidente Carlos Menem, ambos aseguraron que se trató de un "accidente". No tardaron en llegar las voces que alertaban sobre la conexión entre la venta ilegal de armas a Croacia y Ecuador y los sucesos de esa mañana. Al parecer había armamento que debía "desaparecer" de la Fábrica Militar, y no repararon que una ciudad podía volar por los aires. Hubo siete muertos. Fue el tercer atentado en la era menemista, todos impunes.

Hoy leí esto y me puse contento. Para los que vivimos de cerca aquella trágica mañana, es una luz de esperanza que la justicia, después de 13 años, empiece a remover los escombros de una causa, que como la ciudad de Río Tercero aquel 3 de noviembre, estuvo a punto de desaparecer.

2 comentarios:

guadis! dijo...

Muy buen post. No conocía a nadie que lo hubiera vivido de cerca ni había leído un post al respecto.
Todo el mundo sabe por qué explotó la fábrica, pero no se hará nada...

Ferdydurke dijo...

Estimada: ojalá la justicia llegue y nos tape la boca. Pero yo, soy igual de pesimista que vos. Es que ésta es una más, una de las tantas veces en donde no pasa nada. Siempre hay margen para equivocarse. Ojalá nos equivoquemos. saludos, f.