“Hay algo peor que la angustia de la página en blanco. Algo peor que no tener ninguna historia que contar: es haber oído demasiadas, y no poder olvidarlas.”
FABIAN POLOSECKI (1964-1996)

martes, 17 de febrero de 2009

EXCEPCIONES

No se trata de una moda. Es la antítesis, la otra cara de esa moneda llena de brillos, escudos y rostros conocidos. No son como las canchas de padel, las remiserías o los delivery. Se trata de acontecimientos poco frecuentes. Están pero no se ven. Como la vida subterránea que Roberto Bolaño describió en las andanzas de Pepe el Tira. Allí las ratas se organizan, hay vida propia, son perseguidas, caminan, se pierden, se enamoran y también se mueren.
Son, en realidad, poco frecuente para nuestros sentidos. Las percibimos muy de vez en cuando, pero las ratas de Bolaño saben que pasa mucho más a menudo. A nuestra vista son fenómenos extraordinarios, fuera de lo común. Para la historia fue la crisis del 30, la mano de Dios, el mayo francés, el cordobazo o la caída del muro. Esas narices estornudando que resfriaron al mundo. Aquellos grandes sucesos se gestaron – y se gestan- bajo una capa oculta que se escapa de los sentidos de la mayoría de los mortales.
Las revoluciones que se harán en 20 años, a lo mejor están comenzando esta misma tarde en algún bar o en algún aula universitaria.
Y pobre iluso el que piense que las revoluciones son sólo políticas.
Son esas excepciones de las que vale la pena agarrarse. Es verdad que todo es efímero, y que cuando salís a la calle el viento ya cambió de sentido y el sol ya no calienta igual.
No podemos hablar de integridad, aldea global o unicidad como si el universo fuera un baúl de auto al cual podemos examinar en su totalidad.
Me agarro de esas coincidencias, de esos años donde no pasó nada- para nuestros sentidos chatos y desatentos- pero que en verdad fueron la semilla de esta realidad que hoy nos muestra la cara.
No pretendo andar husmeando en las alcantarillas del HOY para adivinar aquello que mañana se nos presentará con saco y corbata como LA REALIDAD.
Son esas excepciones, las que recién vemos cuando nos dan la mano en alguna reunión imprevista, las que siento que valen la pena meter en el bolsillo para atesorar la esperanza de lo que vendrá.
Será ese mínimo detalle, ese encuentro casual, esa semilla que alguien tiró hace un tiempo, esos sacudones internos.
Si en vez de Starbucks, Mc Donalds y el Regetón se pusieran de moda las excepciones, arriesgo a que seríamos todos un poquito más felices. Andaríamos, eso es cierto, al principio un poco desorientados en busca de esos senderos alternativos.
Que dos personas se encuentren, charlen lo que un reloj tarda en pasar dos veces por el número 12, se miren tanto que ninguno se anima a decir que piensa el otro, hablen dormidos, jueguen despiertos, vean flautas en lugar de nubes y sepan que hay alguna fuerza extraña que tiende a unirlos. Y abrevian palabras, pqe al fi n l de l e m c ón no coordinan las palabras, las e-s-c-u-p-e-n… Y como un desodorante atomizan el ambiente de letras sueltas, inconexas; trenzadas en un trabalenguas de colores vivos.
Si, es una excepción. Sí, sos una excepción. Si, somos una excepción.

De eso tratan las excepciones. Y muchos coinciden que, por su condición efímera, hay que aprovecharlas. No vaya a ser que se acostumbren a la buena vida, se aburguesen y se conviertan en algo de todo los días. En una puta normalidad. Ahí perderíamos todos. Porque lo interesante y revelador no está en las leyes sino en las excepciones. Estas brindan una fractura que será la bisagra de la cual miraremos el mundo; en cierto modo, significan la esperanza. Ya lo dijo el cronopio más excepcional de todos: “El mundo está lleno de falsos felices”.

5 comentarios:

Mai dijo...

Varios alpargatazos:

1. se nota que no escuchás Reggeatón, sino lo escribirías como yo :p
2. 12 horas fueron? el tiempo ES relativo, nada que ver a como nos lo venden.
3. "No vaya a ser que se acostumbren a la buena vida, se aburguesen y se conviertan en algo de todo los días. En una puta normalidad." jajajaja, empezó súper bien y después te hubiera venido bien Drexler.
4. Oh Cortázar!

Ferdydurke dijo...

Nunca recibí tantos alpargatazos juntos. Ahora los devuelvo:
1- Lo escribo mal porque no me gusta, así parece más fulero aún.
2- Por eso hace años que no uso reloj. Pero por como giraba el sol, le calculé 12 horas (mínimo)
3- En ese clímax del párrafo, ni jorgito drexler me calmaba. Era una "idea fuerza" incalmable.
4- Oh, sí!

Mai dijo...

jajajaja

Anónimo dijo...

Ay Torito cada día me sorprendes más. Bendita sean las excepciones, algunos de nosotros vivimos un poco mejor pensando que todavía existen. Excepciones que pueden convertirse en frecuentes y no por eso aburguesarse, sino dejarías escapar a todas ellas...Y tal vez no tengas por qué hacerlo...Beso, la turca.

Ferdydurke dijo...

Ay Turquita! Puede que tengas razón con eso de "y tal vez no tengas por qué hacerlo". En eso estamos.
Andá preparando la terrazita de tu finca... saldrán un par de cervezas en breve.
abrazo,io.