“Hay algo peor que la angustia de la página en blanco. Algo peor que no tener ninguna historia que contar: es haber oído demasiadas, y no poder olvidarlas.”
FABIAN POLOSECKI (1964-1996)

sábado, 29 de agosto de 2009

PROSA SOLEADA

A eso lo escribís de un tirón, seguro.
Más si te pasó a vos. Y fue verdad. Dale, escribilo.
¿Sabés qué? -sigue hablando sin interlocutor a la vista- eso es para escribirlo en verano, con un vaso de limonada bien frío y el ventilador de techo en tres. Y vas a estar en calzoncillos y en cuero. Poné un espiral porque los mosquitos te van a morfar hasta las ideas. Dejá la ventana abierta y que la cortina se mueva sola. No pongas música, escuchá todo lo que venga de afuera. Ahora sabés qué hay detrás de la ventana. Y si no sabés cómo empezar, sentate arriba del teclado. La hoja en blanco nunca puede ser un impedimento. Poné el culo encima y ya está. O si te parece una escena muy bizarra, hace como que tocás el piano y escribí cualquier cosa. Y ya está. Deja de estar en blanco. De acuerdo a lo que quede, arrancás. Pero no creo que sea necesario. Empezá, empezá, y listo. Por el final, obvio. Eso ya lo tenés definido. Yo pondría un buen título y arrancaría, teniendo en la cabeza ese final explosivo. ¿Me entendés?


Es raro que haga este calor en Agosto, casi septiembre. Es como que el verano eyaculó de antemano. Y tengo que escribirlo antes que se venga la tormenta de Santa Rosa. Me tengo que apurar, como el verano. Porque me lo dijo bien clarito: es para escribirlo en verano, eso me dijo. Y ya llegó. Me falta la limonada. Y el verano. Pero tengo cervezas y calor al fin del invierno. Que es como tener limonada en verano. Como tener una buena historia, un buen título y un final explosivo. Así lo dijo ella, no yo.

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