“Hay algo peor que la angustia de la página en blanco. Algo peor que no tener ninguna historia que contar: es haber oído demasiadas, y no poder olvidarlas.”
FABIAN POLOSECKI (1964-1996)

domingo, 21 de febrero de 2010

EL ASESINO ILUSTRADO (II entrega)

La volví a escrutar de pies a cabeza. De ese rodete hermético podían salir la mejor de las preguntas o las más estúpidas reflexiones. Las que se peinan así, estirando todo el pelo hacia el baúl de la cabeza, asfixiando a un puñado de cabellos indefensos, son las más peligrosas. Esas cabezas que reprimen pelos esconden algo. Quizá, son asesinas en potencia.
- ¿Cuánto hace que está en rehabilitación?
- Dos años, cuatro meses y dieciséis días.
- ¿Escribe en sus ratos libres?
- No tengo ratos que no sean libres. Escribo todo el tiempo, a toda hora, salvo cuando me interrumpen por alguna cuestión, como es su caso.
- ¿Por qué me concedió la entrevista si usted me considera una molestia?
- Porque tenía ganas de charlar con alguien. Acá están todos demasiado cuerdos para mi gusto. Además quería conocerla, desde la universidad que leo sus columnas los domingos. Usted sabe que le tengo aprecio, pero eso no quita que le diga lo que pienso. Siempre me parecieron una reverenda mierda esas columnas, pura mierda disfrazada de calidad literaria. Pero claro, cuando el estiércol se envuelve en papel de diario, tiene otro gusto, ¿no?
- ¿Usted odia a todos los periodistas?
- Yo no diría odio. A ver, es una cuestión de justicia. Hay que terminar con los supuestos guardianes de la verdad. Se acabó la mentira, tienen que dejar de engañar a la gente.
- ¿Qué es el periodismo para usted?
- Todo lo contrario a lo que usted escribe en sus columnas. Si un domingo quiere darme una alegría, haga todo lo contrario a lo que hace. O, mejor, dedíquese a otra cosa. Lo que hace, además de espantoso, es perjudicial para la salud. Su pluma es vomitiva, señora.
- ¿Es verdad que está escribiendo un libro sobre sus días en la cárcel?
- Por supuesto. Pero no sólo eso, también dejo sentado en esas páginas los próximos blancos. Yo que usted lo leería. Es un gran gesto de compasión el que tengo hacia mis colegas al avisarles que voy por su cabeza.
- ¿Se arrepiente de algo?
- Sí, claro. Si no nos arrepintiéramos no seríamos humanos. Me arrepiento, por supuesto, de no haber matado a más periodistas antes que me encierren en este frasco de mierda.
- Según la justicia, usted no está en su sano juicio. Los siete asesinatos que cometió contra periodistas (los siete realizado el 7 de junio de 2001) quedaron impunes ya que usted no tenía “real dimensión del límite existente entre el bien y el mal? ¿Qué es el mal para usted?
- Ustedes.
- ¿Qué es el bien?
- Poder eliminarlos.
- ¿Se considera un demente?
- Por supuesto.

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