El filósofo y sociólogo Pablo Alabarces escribe en el diario Crítica una nota que invita a la discusión. Nunca está de más escuchar voces que difieren de las consignas que planetan al unísono los medios de comunicación. Para leer con atención y sacar conclusiones.
En uno de los párrafos más destacados señala:
"Lo que quiero discutir es la insistencia con la que en la Argentina se califica toda acción popular como clientelística o salvaje, contrapuesta a la acción de las clases medias y altas, que se define como virtuosa, racional y libre."
Sigue:
"A estas alturas del partido, de las ciencias sociales y de la historia política argentina, hemos regresado a un estatuto según el cual nuestras clases populares son esclavas de sus deseos primarios: con un pancho y una coca –un choripán y un vino, una mina y unos mangos, escojan la versión preferida– podemos arrear multitudes."
Y finaliza diciendo:
"Los pueblos se mandan unas macanas de órdago, cometen errores increíbles que para colmo repiten, votan alegremente a sus explotadores. Pero lo que es intolerable es pensar que eso se debe a la simplicidad de sus mentes primitivas, capturadas en los lazos clientelares. La complejidad de la acción popular exige al analista, al periodista, al político, atención, humildad y respeto."
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