“Hay algo peor que la angustia de la página en blanco. Algo peor que no tener ninguna historia que contar: es haber oído demasiadas, y no poder olvidarlas.”
FABIAN POLOSECKI (1964-1996)

lunes, 18 de mayo de 2009

EL POETA DEL CORAZÓN


Tenía 88 años y su corazón le dijo basta. Justo a él, que le dedicó ríos de tinta. Se llamaba Mario Orlando Hamlet Hardy Brenno Benedetti Farugia. Cuándo no, los creativos urguayos alargando algo tan sencillo como un nombre.
Escribió en todos los géneros. Fue cuentista, novelista, dramaturgo, ensayista, periodista y poeta. Publicó más de 80 libros.
Los críticos literarios y la academica que viste traje y usa maletín nunca le tuvo gran consideración. Quizá un reconocimiento tardío. Pero el hecho de ser un escritor "popular", que vendía y llegaba a la gente con su lenguaje llano y sencillo, no era una realidad digerible para muchos. Al gordo Soriano le pasó lo msimo. Y a tantos otros.

"Sólo me faltan seis meses y veintiocho días para estar en condiciones de jubilarme". Así empezaba "La Tregua", la novela que llevó al cine Sergio Renán y fue nominada al Oscar en 1974. Martín, un oficinista montevideano viudo se enamora de Laura Avellaneda, su compañera en el área de Finanzas. Hoy es un buen día para volver a verla.

Exiliado en Lima, La Habana, Madrid y México siempre fue un hombre que defendió sus ideales políticos. Una vez definió al amor y a la política diciendo...
"No creo que haya en esto una contradicción, porque la política es también una forma del amor (aunque no viceversa). Hay que aventar cierta mentirosa imagen que suele presentar al luchador político como un ser tan riguroso en su disciplina, que es incapaz de amar como cualquier hijo de vecina, e incluso a la hija del vecino, sobre todo si está bien de piernas e ideología. El amor no es un artículo suntuario, sino una necesidad vital del ser humano. Y no pensamos avergonzarnos de semejante realismo."

Gracias, Mario.

Y si por esas casualidades que te da el cielo del Uruguay -que debe ser entrañable como el centro de la ciudad- te cruzás con Felisberto Hernández, Horacio Quiroga o Juan Carlos Onetti, mandale saludos. Si están llorando en alguna esquina, es por vos.
Dicen que en Montevideo el cielo de ayer estaba gris y que las nubes se esforzaban para no lagrimear. Es que lo tuyo fue siempre alegría y arrancar sonrisas hasta de un balde de lágrimas.

No hay comentarios: