“Hay algo peor que la angustia de la página en blanco. Algo peor que no tener ninguna historia que contar: es haber oído demasiadas, y no poder olvidarlas.”
FABIAN POLOSECKI (1964-1996)

martes, 8 de enero de 2008

Dile a esa chica que no llame más I PARTE

Creo que no hay nada más cursi y reprobable que una llamada a la madrugada para recordarle que lo/a amas. Es una de las tantas "contras"(hay mas "pros", desde ya) de estar enamorado. Uno se arrastra, repta por los laberintos de la indignidad gritando a viva voz los sentimientos más viscerales. Pero cuando uno lo hace bajo la impunidad que brinda la oscuridad de la noche y vía telefónica es aún más patético. Deberían las compañías telefónicas prohibir, los avances tecnológicos deberían ponerse al servicio del amante convencional y ubicado, los llamados a esa hora de la noche. Las líneas telefónicas del mundo solo deberían estar disponibles para emergencias médicas o cosas por el estilo. Es mucho más aceptable una visita al domicilio, aunque inesperada y fuera de lugar, con un ramo de flores en la mano, que una torpe comunicación telefónica para expresar de manera instrumental, mecánica y zombie una querencia trasnochada.
Por eso no atendí el teléfono aquella noche. Sonó tanto que al octavo o noveno “riiin” ya lo incorporé al sonido del ambiente y no me hice mayores problemas.
Seguramente ella me está insultando, debe pensar que no la atiendo porque no quiero, y tiene razón. Hay veces que su voz me aburre, y la confundo muy a menudo con la de un moscardón ebrio que zumba sin cesar, diciendo frases incoherentes. Ella me dice que soy ciclotímico, ¿quién no lo es? Si no lo fueramos seríamos todos vegetales, que sólo toman agua cuando alguna alma gentil se acuerda de regarlas. Todos cambiamos, todos mutamos, es de una estupidez sublime afirmar que “sos ciclotímico”. Sí, lo soy, y prefiero serlo, antes de ser una olvidada planta envuelta en una maseta llena de tierra reseca. “Somos diferentes”, claro que lo somos, están los genes, mi amor, hay algo que se llama genética, hay personas que se han derretido las pestañas para hacernos saber que las personas tenemos diversas conformaciones genéticas. No hay, aunque difícil de comprobar caso por caso, una persona igual a la otra. Por estas, y muchas cosas más, opté por no atender el teléfono.

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